Te revelamos todos los secretos para iniciarte en el arte de las nalgadas.
“Castígame, sé que me he portado mal. Diviértete, sé que gozas y me gusta...”
El spanking es todo un arte que los amantes del BDSM saben hacer muy bien, está considerado parte del sado light y es una práctica mucho más profunda de lo que pareciera a simple vista. Hacer spanking consiste en proporcionar nalgadas a la pareja con la intención de excitarla.
Siempre y cuando esté consensuado, el spanking puede llegar a ser un elemento súper excitante y divertido para la intimidad, pues conlleva un juego de rol dominante / sumiso que puede producir grandes oleadas de placer tanto en el spanker (azotador) como en el spankee (azotado).
Instrumentos
Para proporcionar un buen spanking es necesario tener en cuenta algunos detalles, como el instrumento con el cual se lleva a cabo. Puede ser tu mano, el instrumento Kinky por excelencia; una vara, una fusta o un látigo que no lastime de más a tu pareja. Revisa muy bien el instrumento que elijas, pues de ello depende en gran parte el grado de placer o dolor que causarás a tu amante.
Posiciones
¡Uy! Si bien hay distintas posiciones en las que puedes proporcionar una buena nalgada a tu pareja, te contaré que hay dos de ellas que son las más preferidas por spanker y spankee:
Recostada sobre tus rodillas. Es una de las posiciones más sensuales pues permite un acercamiento cuerpo con cuerpo y una mayor intimidad. Además es muy cómoda.
De perrito. Permite que tengas una vista de todo el trasero de tu pareja, además de que la idea de sumisión queda reflejada al 100%.
Las nalgadas deben ser siempre en la zona central de los glúteos, y solo en algunos casos pueden darse suaves golpes en la parte alta de las piernas, justo en donde comienza la nalga. Nunca se debe azotar por encima de los glúteos pues podría provocarse alguna lesión en riñones o coxis, y eso no es lo que se busca.
Otra de mis recomendaciones es que modules el ritmo para que no se convierta en algo monótono, puedes intercalar caricias, mordiscos y azotes que hagan sentir segura a tu pareja.
Un spanker debe estar siempre al pendiente de los gritos y gemidos de su spankee, pues ellos le dirán si está gozando o no, así entonces puede modular la intensidad del castigo, pues se trata de que sea una práctica placentera para ambas partes. Por supuesto, como en todo este tipo de prácticas, hay niveles, y siempre se deben establecer con anticipación los acuerdos pertinentes para el respeto de ambas partes.